Ha pasado más tiempo del que me
gustaría desde que publiqué mi última entrada. Si no me falla la memoria, que
lo hace y constantemente, creo que fue un artículo sobre cierto paquidermo
muerto a manos de cierto monarca español. Ha llovido mucho desde entonces, ¿no?
Nada me hubiese gustado más que haber estado aquí para dar mi humilde opinión
sobre todos las buenas y malas nuevas que han llenado las portadas de los
periódicos en este tiempo. Pero tranquilos, no estoy muy deprimido. Me he dado
cuenta de que en este bello mundo en el que vivimos no pasa un día sin tener
algo nuevo que contar, algo sobre lo que reflexionar o, simplemente, algo de lo
que quejarse.
A las puertas de un verano que se
presenta cuanto menos apetitoso me enorgullece e ilusiona anunciaros que, otra
vez, Nukeblog y mi cabecita están en funcionamiento. Espero sinceramente que
esta pausa en mi actividad no me haya supuesto una pérdida muy grave de
lectores. Básicamente porque creo que mi número de lectores es ya prácticamente
indivisible.
En este plácido periodo estival
espero poner en marcha algunos proyectos que repercutirán sin duda en este
blog. Planeo un cambio de diseño (ya va siendo hora de empollarme algún manual
de diseño web), también pretendo escribir para algún otro medio digital aparte
de mi blog personal y, por supuesto, espero estar más activo en Nukeblog y
escribir más asiduamente.
De nuevo, bienvenidos a Nukeblog.
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