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"Un día en la vida" Documental producido por el Ministerio de Cultura norcoreano, hace aproximadamente 10 años. En el se intenta retratar la vida diaria de los habitantes de Corea del Norte bajo el régimen dictatorial de Kim Jong II. El vídeo muestra indicios de haber sido manipulado en su traducción y editado posteriormente a su publicación  para enfatizar su ya terrorífico significado. Me resulta imposible encontrar la copia original del vídeo y no puedo asegurar que ésta no haya sido manipulada. En cualquier caso el documental es simplemente escalofriante.







Nunca una muerte resultó tan cómica como la del exdictador norcoreano Kim Jong II. Y no quiero restarle importancia al tema, pero el caudal descontrolado de lágrimas que  inundó la nación merece muchos adjetivos, salvo fúnebre. Resulta realmente gracioso echar un vistazo a alguno de los videos emitidos por el gobierno norcoreano, esos que nos enseñan a cientos de personas tiradas en el suelo con la cara empapada en lágrimas y gimiendo por la muerte de un opresor al que solo habían visto en fotos. Es gracioso si, y también terrorífico. ¿Cómo es posible que de una población de más 23 millones de personas no haya escapado nada de información, más que la proporcionada por el gobierno? Ni un triste video colgado en YouTube, ni una noticia en un blog perdido en la red, ni tan siquiera una foto que no haya pasado antes por el filtro del censor. Nada más que norcoreanos llorando y funestos desfiles en honor al fallecido tirano.

Me da miedo plantearme hasta que punto son reales esas imágenes, ¿son fruto del miedo a las represalias por no mostrar aflicción? Se ha sugerido que las penas contra quien se muestra indiferente a la muerte del dictador son severas, ni qué decir tiene que alegrarse podría suponer un destino fatal. Pero también es posible, y bajo mi punto de vista mucho peor, que las personas que aparecen en estas cómicas emisiones no estén actuando. No es un misterio que toda dictadura trata de imponer sus valores y su razón al pueblo, pero es muy posible que el régimen norcoreano haya llevado ese adoctrinamiento al extremo, realizando un verdadero lavado de cerebro a sus fieles. No sería tan extraño, puesto que el gobierno controla la educación pública, la publicidad, la televisión y todos los aspectos de la sociedad norcoreana.

La muerte de un dictador, cosa que normalmente es motivo de celebración, es ahora casi peor que su alternativa. El sucesor del líder norcoreano es, salvando las distancias, su copia idéntica, con la diferencia abismal de que éste (su hijo) tiene poco más de 20 años. Si alguien se había ilusionado pensando que la muerte del dictador ocasionaría divisiones internas en el alto mando del ejército, que se desilusione. El gran motor propagandístico del régimen de Kim Jong II, trabaja ahora a favor de su hijo Kim Jong Un, mitificando su imagen y haciéndole digno sucesor de su amado padre. El futuro de un pueblo duramente oprimido y uno de los ejércitos más potentes y peligrosos de la Tierra esta ahora en manos de un veinteañero que no conoce nada más allá de los muros de su palacio. Con toda seguridad Obama tiene el corazón en un puño y los huevos en la garganta.






Es admirable la capacidad de la Casa Real para utilizar eufemismos aun cuando están entre la espada y la pared. La traducción al castellano de “un comportamiento no ejemplar” sería algo así como evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos, entre otros. Supongo que huelga decir que el del comportamiento no ejemplar es el ahora célebre Duque de Palma, Iñaki Urdangarín. Y esos delitos anteriormente citados son los que se le atribuyen con su imputación en el caso Palma Arena. El juez que instruye este caso ha levantado esta mañana el secreto de sumario destapando como imputados al conocido duque y algunos de sus socios como Diego Torres, si bien  en el caso se incluyen otras 25 personas. El sumario es una verdadera obra de arte que cuenta con más 2.700 folios y con varios años de trabajo del juez instructor, José Castro. La edición impresa de dicho sumario comenzó a redactarse a principios de agosto de 2010.

Como el caso Palma Arena ha habido cientos y desgraciadamente los habrá, lo interesante y polémico de éste en particular es su más que peligrosa relación con la familia real española. La oveja negra de la familia ha puesto en jaque la propia subsistencia de la Casa Real al relacionarla con actividades fraudulentas. Millones de euros públicos sostienen la economía de sus majestades desde hace décadas, cosa que a muchos españoles les chirría aunque no existe una oposición fuerte. Una economía que depende en su totalidad de la opinión que el pueblo tenga de sus reyes no puede descuidar su imagen pública, si la Casa Real se viera salpicada por estos fraudes muchas personas se pensarían seriamente si cerrar el grifo. Ante esta posible amenaza el rey y su familia se han mostrado tajantes, como no podía ser de otra manera, y con mucha delicadeza han apartado al señor Urdangarín de sus “comidas familiares”.

En mi opinión toda la importancia que se le ha dado al discurso anual del rey y las declaraciones de la Casa Real respecto a este tema no son, ni mucho menos, tan trascendentes. Al fin y al cabo dicen que en política la calidad de un discurso se puede medir invirtiendo, al sentido negativo, las frases de mayor relevancia. Es decir, en el comunicado de la Casa Real que manifestaba “el absoluto respeto a la decisión de los jueces”, ¿acaso se puede negar el absoluto respeto por parte del rey a la decisión judicial? ¿Podrían, simplemente, haber dicho que no respetarían lo que la Ley dictase? O semejante a esta afirmación es la que pronuncio el rey en su discurso, “La justicia es igual para todos” haciendo un guiño evidente al caso Palma Arena, pero totalmente incongruente en su significado real. Creo que el discurso del rey estuvo rebosante de evidencias que, aunque obvias, son necesarias y comunes en esta clase de discursos. 







Tiempo ha habido para la lucha, para el choque de ideas, para la guerra publicitaria, para la encarnizada batalla dialéctica, en definitiva, para la campaña electoral. Pero eso ya pasó, las pancartas se descuelgan de las farolas y las caras de políticos desaparecen poco a poco de nuestras rutinas (por fortuna). El panorama político vuelve a la relativa estabilidad que precede a la fiesta de la democracia. Ahora, dejando de lado nuestro respectivo voto, esperamos que lo elegido por la mayoría de nuestros compatriotas surja efecto. Unos esperan acertar en su elección, otros esperan haberse equivocado y bueno, supongo que existe un porcentaje para los que esperan que el resto se equivoque.

Personalmente confío en que el actual gobierno, con Mariano Rajoy a la cabeza, será capaz de mejorar la situación actual. Aunque no puedo evitar hacer infinidad de preguntas acusadoras, también pretendo dar un voto de confianza al gobierno “popular”. El discurso de investidura de Rajoy no ha servido para aclarar demasiadas dudas pero si que ha servido para hacerse merecedor de algo de confianza, al menos por mi parte. Aunque cada vez se vuelve más improbable que Rajoy tenga un plan fantástico para alzar nuestra economía, al menos si confío en que sea un hombre lo suficientemente inteligente como para pensar a largo plazo y devolvernos una cierta estabilidad futura.

No solo se hace necesaria una buena gestión del gobierno. Ahora que se han invertido las tornas, comienza un momento de cambio en el que los ciudadanos esperamos que los partidos no vuelvan a decepcionarnos. Tanto como ansiamos un gobierno fuerte y eficiente, también exigimos una oposición organizada y que anteponga los intereses de España a los suyos propios. Algo que llevamos echando en falta desde hace varias legislaturas. Y que esto no implique perder la confrontación de ideas y el conflicto entre ambas facciones, que es lo más valioso que aporta la oposición en una democracia. 

En España hay incontables pueblos abandonados, deshabitados u olvidados, pero mucho más triste me resulta el único que ha sido eclipsado. Al escuchar Amaiur son cientos de ideas las que te surcan la mente, probablemente propiciadas por el bombardeo continuo de los medios sobre este tema. Pero ya nadie recuerda ni sabe que Amaiur es un pequeño y pintoresco pueblo navarro del Valle de Baztán. No van desencaminados los que hayan relacionado el nombre del famoso partido político con algún hecho histórico que guarde relación con dicha localidad. En Amaiur-Maya se libró hace unos 600 años aproximadamente una batalla por la independencia del Reyno de Navarra, 200 navarros se hicieron fuertes en el pueblo para resistir el asedio del ejército castellano, unos 10.000 hombres. Esta gloriosa gesta digna de haberse librado en las Termópilas, y con un final similar, es ahora utilizada como símbolo del nacionalismo en España por el partido político Amaiur, que ahora se encuentra en una situación bien parecida a la de los pobres navarros que se enfrentaron al gigante castellano hace siglos.

Al igual que estos intrépidos y poco inteligentes guerreros navarros, Amaiur se encuentra ahora luchando por su independencia, si bien con un método mucho más efectivo que la sangre y el acero. La Mesa del Congreso, formada por 5 diputados del PP, 3 del PSOE y uno por parte de CiU, rechazó hace un par de días la posibilidad de que Amaiur contase con grupo parlamentario propio, alegando la incompatibilidad de su admisión con la Ley vigente. Esta decisión, tomada por la negación de los diputados populares y la abstención del resto,  levanta ampollas a cualquiera. Y es que durante años nos hemos cansado de repetir la misma promesa, cuando ETA abandone la lucha armada no habrá impedimento alguno para someter la independencia vasca a la voluntad de la ciudadanía. Pero no ha sido así, y no porque la Ley no lo permita, por mucho que oigamos esa afirmación. La ambigüedad del reglamento del Congreso en referencia a este tema ha llevado a diversas interpretaciones a lo largo de la historia democrática de España:

Podrán también constituirse en Grupo Parlamentario los Diputados de una o varias formaciones políticas que, aun sin reunir dicho mínimo, hubieren obtenido un número de escaños no inferior a cinco y, al menos, el 15 por 100 de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el 5 por 100 de los emitidos en el conjunto de la Nación.

La ambivalencia del texto genera dudas respecto al porcentaje de votos correspondiente a las circunscripciones del partido. Se puede entender que se necesita el 15% de votos en cada circunscripción, como ha interpretado la Mesa del Congreso, o el mismo porcentaje en el total de las circunscripciones, condición que si que cumple Amaiur. Esta contradicción se ha visto resuelta de diferentes formas en cada legislatura. En casos como el del PNV, que no alcanzó el 15% en todas las circunscripciones pero si de media, o el del ERC, que ni siquiera alcanzo el porcentaje del total. ¿Por qué estos grupos fueron aceptados y ahora se le niega el grupo parlamentario a Amaiur?

Ahora los dirigentes del polémico partido han recurrido la decisión de la Mesa, alegando que han modificado los criterios establecidos en función de sus intereses y pidiendo una mayor flexibilidad. A mi entender no se trata de falta de flexibilidad, en el caso del PNV no fueron en absoluto flexibles, tan solo se aplicó la norma vigente de manera beneficiosa para los votantes. Además de esto, Amaiur mantiene que la decisión esta basada en un informe ambiguo, sin firma ni apenas documentación, que ha llevado a la abstención de los diputados del PSOE Y CiU. No entiendo como una decisión de trascendental importancia para la democracia del país puede argumentarse con un informe anticuado y mal redactado, y comprendo la decisión de los diputados que han preferido mantenerse al margen.

Hay razones numerosas para incluir a Amaiur como grupo parlamentario. Supera en diputados a otros partidos que sí han alcanzado este privilegio y hay varios antecedentes de situaciones similares que se resolvieron de forma positiva para el partido de turno, y sin tanta polémica. Personalmente creo que Amaiur no merece ser un grupo parlamentario, pero si los mas de 300.000 ciudadanos que han confiado su voto a este partido. ¿Por qué partidos con menos apoyo popular se han constituido como grupo parlamentario? ¿Acaso los votos de las personas con ideas nacionalistas valen menos que los emitidos por socialistas o conservadores?

Incluso si la estrategia del PP consiste en dejar fuera del concierto político nacional a Amaiur, cosa que me parece denigrante pero compresible, lo estarían haciendo terriblemente mal. Con la no admisión del partido como grupo parlamentario se creará entre los votantes una sensación de rechazo por parte de la política general y generará un sentimiento de cohesión hacia Amaiur, de identificación incluso. Personalmente no veo razones para que los votantes de Amaiur no gocen de los mismos privilegios que los representados por PNV o similares. Al fin y al cabo lo prometimos, cuando ETA abandonase las armas todo se convertiría en una bonita utopía democrática. La respuesta a esto es evidente, ETA no se ha disuelto tan solo se ha rendido, y ni tan siquiera se puede afirmar su rendición sin titubear. Pero creo que cuantas más trabas pongamos a la democratización de las ideas nacionalistas más probable se hace un bochornoso y aterrador regreso a la lucha armada y a los ideales manchados de sangre.

La noche del 20 de Noviembre fue, sin duda, demasiado azul para los ojos de cientos de socialistas. Ojos que contemplaron la debacle de su partido con la impotencia de quien se sabe incapaz de regresar al pasado. Indiferentemente de cómo asimilaran la derrota los corazoncitos socialistas me parece que sus propietarios ya se han tomado las semanas de cortesía necesarias para que comience el “reinicio” del partido. Partiendo de la premisa de que este reinicio se tiene que dar les guste o no. Con la masacre de votos que sufrieron en las pasadas elecciones parece obvio, al menos para el resto de España, que el PSOE necesita un cambio de rumbo. Más exactamente lo que necesita es acercarse a su rumbo anterior, que no era el más acertado ni mucho menos pero al menos merecía ser calificado de socialista.

Pero a pesar de esta evidencia, han pasado semanas y ni una sola idea ha escapado de los círculos del PSOE. Nada que induzca a pensar que los socialistas se proponen restructurar su organización. Peor si cabe, los cambios, que aunque no manifestados pueden ser previstos, no tienen ni de lejos un carácter mínimamente renovador. La sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero es aún incierta, pero los candidatos más posibles no representan un cambio de ningún tipo. El liderazgo de Rubalcaba o Chacón sería el equivalente de ponerle una careta a Zapatero y dejarle en su puesto. Quizá la opción de José Bono sea la más conveniente en estos momentos. El expresidente del Congreso apenas se ha pronunciado sobre este tema y si tiene alguna pretensión al puesto, no la ha manifestado. Sin embargo es obvio que la idea ya ha cruzado su mente y espera “agazapado” el momento oportuno para desvelar sus intenciones. De ser así no se encontraría con un camino de rosas, más bien emprendería una misión prácticamente imposible hacia un objetivo lejano y no muy rentable.
 
De todas formas, no creo que Bono sea la mejor opción para el partido, pero considero que es la única posibilidad de que entre algo de aire fresco en la mazmorra en la que se ha convertido el PSOE. En realidad, hay varias personas que realmente supondrían un cambio radical y positivo para el socialismo español. Personas que se han apartado de la política, asqueadas por el panorama de los partidos en los que antes confiaban.


¿Qué da más aplausos? ¿Ser cigarra o ser hormiga? O dicho de otra forma: ¿Construir una infraestructura millonaria o ahorrarse esos millones en alcanzar una prosperidad real? La respuesta es más que obvia y sin embargo enormemente ambigua. Cualquier persona con un mínimo de sentido común elegiría la segunda opción y a la vez esa misma persona podría aplaudir con las orejas al ver su ciudad plagada de coloridos y modernistas parques, que misteriosamente han aflorado como setas donde antes solo había un solar. Ironías de la vida, supongo, pero con mucho sentido para según qué personas. Ganarse el favor del pueblo es sencillo (lo difícil suele ser recuperarlo), pero una vez has ganado las elecciones tienes que hacer malabarismos para camuflar lo que bien puede ser una gestión pésima. Y el mejor maquillaje posible es un suave velo de elegancia y prosperidad, mucha purpurina y cosas brillantes alrededor. Aunque los números sean más rojos que el señor estático de los semáforos, con un par de obras públicas y un mínimo control sobre los medios ya es posible camuflar el fracaso político más estrepitoso.

Los políticos actuales están pensados para mantener al pueblo contento. La teoría no es tan mala al fin y al cabo, mientras el pueblo esté a gusto con sus representantes el gobierno de estos no corre peligro y por lo tanto intentarán a toda costa hacer lo conveniente para su gente con el fin de mantener su cargo. La teoría no es tan mala, pero como tantas otras se une a la indefinida lista de teorías que no sirven para nada en la práctica. Hay muchas formas de tener un pueblo feliz sin hacer necesariamente lo mejor para éste y todas ellas suelen ir de la mano de un gran desembolso económico que no creo salga de los bolsillos del alcalde de turno. Por lo general estas llamativas distracciones causan más problemas de los que solucionan, al menos a largo plazo, pero como ya sabemos la visión de un político no suele alcanzar más allá del tiempo que reste hasta la próxima campaña electoral, pero ese tema se merece una artículo aparte.

Lo interesante, en esta ocasión, es la idea que ya he escuchado (o leído) más de una vez. “Los derrochadores que dejan en quiebra lo que gobiernan deberían ser juzgados”, la frase es de Javier Arenas en el diario el Mundo y me parece muy acertada. Obviamente todos cometemos errores y es posible que la dificultad de nuestro cometido nos supere. Pero existen casos, muchos, en los que la cifra gastada es tan espectacular e innecesaria que es imposible no levantar sospechas. ¿Realmente era indispensable para el avance cultural gastar millones de euros inexistentes en titánicas infraestructuras que, por otra parte, nunca llegarán a devolver lo que costaron? Comunidades enteras se han visto avocadas a una deuda inmensa por culpa de la gestión derrochadora de sus gobernantes, políticos que hicieron cuanto pudieron por mantener el grueso de los votos de su lado, aun a costa de hundir aquello que intentaban sacar a flote.


Escribo esta entrada a raíz de las ya incontables sandeces que no he tenido más remedio que escuchar en esta última semana. Como, por ejemplo: “Yo creía que la tecnocracia era el poder de las nuevas tecnologías”; y otras diversas deformaciones de la realidad, todas en relación con éste término. Para aquellos que lo desconozcan tengo que aclarar que un tecnócrata no es aquel que por tener un nuevo iPod de última generación se vuelva una eminente autoridad política, una idea quizás no tan disparatada pero que nada tiene que ver con el significado real.

La tecnocracia es, ante todo, una palabra preciosa (cómo sin duda diría mi ex-profesora de latín) que deriva de los vocablos griegos tecnos, técnica, y kratos, poder. Si, lo habéis adivinado, significa “gobierno de los técnicos” aunque esa definición no tenga demasiado sentido hoy en día.  El concepto de tecnocracia surge hacia la mitad del siglo XX como una forma de gobierno alternativa que sugiere el posicionamiento de los dirigentes industriales, “técnicos”, en altos puestos políticos. La idea es simple, si han sabido llevar al éxito un negocio, ¿por qué no iban a hacer lo mismo con un país? Y, en cierto sentido, llevaban razón.

Sin embargo, para alcanzar la máxima eficiencia posible resulta indispensable realizar unos cuantos sacrificios que, por otra parte, deberían asegurar un mejor porvenir. Curiosamente esta idea casa perfectamente con otra palabra que ya chirría en nuestros oídos desde hace un tiempo, austeridad. Es por esto que hemos escuchado en tantas y tan policromáticas situaciones el término tecnócrata. Es por esto que aunque no tengas ni idea de qué diablos significa lo relaciones enseguida con apretarse el cinturón. Y es que al parecer, la tecnocracia es el Plan B de nuestros gobernantes europeos. Mientras un político no de excesivos problemas puede quedarse en su puesto, pero en el momento en que no cumple con sus obligaciones o se le ocurre utilizar palabras como el terrorífico “referéndum”, se encuentra con una notita en su despacho que le invita a abandonar el cargo de turno. Cargo que con demasiada frecuencia suele tratarse de presidente. Tristemente famoso es el caso del primer ministro griego Yorgos Papandreu quien, poco después de revolucionar Europa con someter a referéndum las medidas de la UE para su país, se vio sustituido por Lucas Papademos, ex-vicepresidente del Banco Central Europeo y reputado economista. E igualmente célebre, aunque quizá menos ruidosa, fue la sustitución del antiguo Cabalieri, Silvio Berlusconi, por el actual primer ministro de Italia, y ex-asesor financiero de Goldman n’ Sachs, Mario Monti. En ambos casos se puede apreciar el carácter puramente económico de las profesiones que ejercían los sucesores. Aunque no me atrevería a clasificarles como tecnócratas tampoco me siento muy a gusto llamándoles políticos, ya que al fin y al cabo, ¿quién ha votado a estos señores?

No me opongo a la tecnocracia. Lo cierto es que me parece una forma de gobierno tremendamente efectiva, si lo que se quiere es potenciar la economía de un estado. Pero esta idea suele ir asociada a una degradación de la democracia, como si un tecnócrata tan solo fuese elegido para un cargo en caso de extrema necesidad y desoyendo la voluntad de los votantes. Aristóteles parecía tenerlo muy claro y yo también.

“En el término medio esta la virtud”




Ese sueño de unión bajo unos mismos ideales, de proximidad y hermandad que unía a las naciones, de apoyo mutuo entre los pueblos, no era más que eso, un sueño. Las cumbres europeas se deciden por una mayor unidad, estrechar los lazos entre naciones y hacernos más dependientes unos de otros, pero solo hablan de números. El sueño de Europa, al menos el de su pueblo, era ser una unión fuerte cimentada en los derechos humanos, la libertad y la igualdad entre naciones. Una unión que no tuviese que depender de la economía, que se mantuviese cohesionada indiferentemente de si las vacas fuesen gordas o escuálidas. Una idea bonita sin duda, casi utópica.

Quizá en algún momento fue así, pero yo creo que esa Europa no ha existido nunca. La idea de una unión europea apareció como un bloqueo económico contra las naciones del Eje tras la Segunda Guerra Mundial. Su origen se encuentra en la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, una entidad que se encargaba de regular la economía bélica y conseguir armamento más barato para los miembros de la comunidad. Con el tiempo, esta congregación evolucionaría para dejar atrás sus orígenes bélicos, pero no los económicos. Durante toda la historia de la Unión Europea ha existido un fuerte componente económico sin el cual hubiese sido inmensamente difícil llegar a unificar a todos los países.

Ahora resulta innegable que Europa está unida porque no le queda mejor salida, porque por separado no podríamos salir adelante. Mientras los líderes de las naciones hablan de una mayor cohesión y de reforzar los lazos económicos, sus respectivos pueblos han perdido la fe en Europa. Más del 50% de los franceses, por ejemplo, ya no se fía de la UE y considera que si no estamos unidos por unos valores comunes no vale la pena estarlo por los problemas comunes. El ambiente social se vuelve hostil pero para los gobiernos europeos se vuelve cada vez más necesaria una huida hacia delante, desoyendo las quejas de la opinión popular. Cada vez se vuelve más evidente que la economía dirige todas las decisiones hacia una Europa más inseparable y menos unida.

Nuestros políticos cumplen a la perfección su cometido de marionetas mientras los verdaderos líderes, elegidos por designio de los mercados y no por el voto popular, son los que toman las verdaderas decisiones. La cúpula europea está plagada de personas que ocupan cargos de poder sin haber sido sometidos a ninguna votación, personas que ningún pueblo ha elegido para ese puesto y sin embargo están allí como por arte de magia. Ahora el poder se sigue concentrando en la economía, con multas automáticas a los países que no cumplan con las medidas establecidas. No creo, en absoluto, que este sea el final de la Unión Europea aunque quizá si lo sea para ese viejo sueño de igualdad, libertad y fraternidad.



Esta mañana mi profesor ha sido incapaz de explicarme el entramado económico de Europa sin contradecirse a sí mismo. Y mientras trataba de simplificar para la clase el origen de la crisis financiera he notado como su discurso hacia aguas. Creo que ni él mismo comprendía sus propios argumentos. Después de gastar un tiempo en conjeturas y explicaciones endebles la clase se ha quedado satisfecha, yo no.

Me preocupa la posibilidad de que estemos buscando soluciones para un problema que no entendemos realmente. Apostaría a que más de la mitad de la población no sabría cómo explicar, por ejemplo, la economía de mercados y seguro que un considerable porcentaje si quiera sabría qué diablos es eso. De modo que lo único que nos queda es confiar en que las personas que elegimos para “manejar” la economía sepan al menos qué están haciendo. Aún peor si cabe, tenemos confiar que estos individuos tendrán la conciencia necesaria para no aprovecharse de la ignorancia del resto. Claro que, aún en el caso de que la política cumpliese minuciosamente con su cometido, ¿quién nos asegura que el poder de los mercados se doblega a la autoridad política? Esta idea se vuelve un poco más fantástica cada día que pasa.

Termino con la frase de un amigo que considero la más representativa de esta situación. Espero que no hiera la sensibilidad de nadie:
“Nos están dando por culo, pero no tenemos muy claro donde está nuestro culo”

Mi cabecita comenzó a funcionar ayer por la noche dándole vueltas a una idea que surgió a partir de este blog. ¿A quién votamos? Cada cierto tiempo los habitantes de un país en democracia podemos ejercer nuestro derecho de contribuir en la elección de aquellos que vayan a representarnos. La mayoría lo hacemos con caras largas y con una destructiva sensación de impotencia, pero esa es otra historia. Lo que me dejó como petrificado mientras pensaba en un asiento del autobús fue la pregunta que ya he formulado, aunque quizá con una pequeña modificación. ¿Qué votamos? No me di cuenta ayer, esto ya lo sabía desde que aprendí lo que significa “sufragio”, pero se coló en mi mente la agobiante idea de que no votamos lo que deberíamos. Elegimos, como dije en una entrada anterior, “la cara más bonita y las manos más limpias” (Súper Mario) y espero que, como yo, sepáis apreciar el error de esa afirmación. ¿Realmente lo que necesitamos en un político? Entendiendo este término como “ser dedicado a la política”, y a su vez entendiendo política como “la ciencia que estudia cómo ser más popular”. La historia de la democracia está plagada de personas que han alcanzado el poder mediante campañas demoledoras, personas que han sabido surfear en la marea del pueblo para alcanzar sus objetivos, y que, al lograr esta meta, se han visto arrollados por un cargo para el que no estaban capacitados, un cargo demasiado grande. Por eso me planteo, que ni mucho menos el mejor “político” es la persona más capacitada para el puesto de presidente (o cualquier otro cargo). Creo, y lo creo con firmeza hasta que alguien me lo rebata, que no debemos votar unos ideales ni una cara bonita ni un expediente limpio (bueno, quizá esto último sí), lo que debemos elegir entre todos es al hombre o a la mujer más capacitado/a para manejar un país y para perpetuar los valores que nos costó levantar en el pasado. El problema reside, como muchos os habréis dado cuenta leyendo estas líneas, en la estrecha línea que separa esta idea de la autocracia. Un paso en falso y en vez de ser un líder para el pueblo nos convertiremos en un pueblo para el líder. Winston Churchill lo  dijo en su momento y yo no me canso de repetirlo:
La democracia es el peor sistema de gobierno que existe, con la excepción de todos los demás que se han probado.



Vía laInformación.com

Curioso trabalenguas el que escogió Joan Navarro, vicepresidente de Llorente&Cuenca, para referirse a la oposición de la Ley Sinde. Curioso y polémico, poco después de que las palabras de Navarro se publicaran en un debate planteado por El País, los cuatro twitteros (que resultaron ser más de cuatrocientos) se personificaron en la red creando el hashtag #cuatrotuiteros. De nuevo la famosa red social de microblogging se convirtió en el megáfono de la vox populi, que se posicionaba en contra de la igualmente famosa Ley Sinde.  Durante todo el día de ayer se continuaron las bromas e ironías de los usuarios de Twitter que uno a uno, hasta alcanzar el millar, se descubrieron como uno de esos “cuatro tuiteros”. Basta coger cualquier tweet al azar para entender la situación, Enrique Dans por ejemplo, uno de los máximos representantes de esta oposición escribía así:



“Quietos un rato, que si no, @JoanNavarro0 no es capaz de contarnos...”

Desgraciadamente la artífice de todo este espectáculo, Ángeles González Sinde, no ha tenido la oportunidad de disfrutar con estos ingeniosos comentarios, puesto que se encuentra de gira cultural por México y Estados Unidos. Aunque sin duda habrá recibido noticias del buen avance de su proyecto durante sus “vacaciones” en América. 


El primer ministro italiano, Mario Monti (ex-asesor financiero de Coca-Cola o Goldman Sachs, entre otros) ha deslumbrado hoy al pueblo italiano en un despreocupado acto de solidaridad sin precedentes. Con toda la normalidad del mundo ha anunciado que renunciará a su sueldo (o compensación retributiva si preferís el eufemismo) como primer ministro y ministro de economía. Se quedará en ese caso con lo que le reporte su cargo de senador, pero no os preocupéis por el bueno de Mario, confío en que se guardara algún pellizco de sus anteriores y bien remunerados empleos. Aunque me burle un poco de esta decisión, lo cierto es que bastante acertada, contentará  a las masas de italianos enfadados y no hay queja posible ya que, al fin y al cabo, está contribuyendo al ahorro general. Es preocupante que personas como Monti, de quien apenas se puede decir que haya sido democráticamente elegido, sean tan buenos o mejor políticos que los que fueron elegidos por sufragio directo. Y es que resulta innegable que hasta ahora el nuevo primer ministro ha hecho una tarea realmente ejemplar, claro que, al fin y al cabo, está en su puesto para eso. Me lleva pensar que no elegimos al mejor hombre, o mujer, para el cargo como en teoría debería ser, lo que nosotros elegimos por votación es la cara más bonita y las manos más limpias.


Los términos del contrato, vía LaInformación.com
Éste es el grito, o el hashtag, con el que se ha rebelado la comunidad de periodistas en España. Desde hace ya varios años se viene dando una situación que, casi clandestinamente, se ha establecido como una preocupante realidad. Son muchos los periodistas que se han visto obligados a aceptar ofertas que rozan lo disparatado, presionados por la dificultad de encontrar un empleo seguro y por la omnisciente crisis económica. Por ejemplo, cobrar 0’75 euros por artículo escrito, por supuesto con un mínimo de 800 caracteres. Aunque suene surrealista resulta que es uno de los casos más leves, aunque el primero que se ha denunciado públicamente. A raíz de esta denuncia, la Asociación de Prensa de Madrid lanzó en Twitter su protesta particular con el hashtag “#gratisnotrabajo”, al que se han sumado miles de periodistas que denuncian una situación similar o que simplemente quieren manifestarse en contra de esta degradación de su oficio. Aunque este caso en particular se ha hecho eco en la red (es obvio que si te metes con periodistas no puedes esperar que quede en secreto) existen infinidad más de ofertas de trabajo absurdas e ilegales para cualquier otra profesión. Éste es, por desgracia, un efecto inherente a las dificultades económicas. Esta clase de “estrategia” empresarial no funcionaría en tiempos de bonanza pero pueden suponer una importante suma de mano de obra barata durante una crisis. Lo preocupante de estos contratos basura en periodismo, es que suelen ir acompañados de una devaluación de la profesión. No es periodismo lo que se intenta conseguir con estas ofertas, sino publicidad barata y efectiva. Cada periodista tiene su firma y sus seguidores, si consigues que ese periodista escriba sobre lo maravilloso de tu producto (o lo que sea) consigues publicidad efectiva por 75 tristes céntimos. Esto es mucho más peligroso de lo que a priori pueda parecer, si la publicidad envenena más aún al periodismo comenzará a amenazar la libertad de prensa como la conocemos y con ello, a nuestra ya deteriorada libertad de expresión.





Hace unos días la madre de uno de los principales imputados del caso de Marta del Castillo, conocido como "el Cuco", se personó en el plató del programa La Noria, de Telecinco. Había sido invitada para una entrevista, sin duda los organizadores del programa tendrían prevista la polémica que tal invitación generaría, lo que probablemente no esperasen es que no serían capaces de aprovecharla a su favor. La más que tachable falta de valores de la cadena desencadenó en Internet un efecto devastador para la misma, cientos de personas expresaron en Twitter y otros espacios web su indignación hacia ese programa en específico. Lo realmente interesante, y beneficioso para la televisión española, vino con la propuesta del blogger Pablo Herreras de boicotear las marcas comerciales que patrocinaban el programa. Tan pronto como su blog (Comunicación se llama el juego) prendió la mecha de las redes sociales, las marcas se asustaron y comenzaron a retirar su patrocinio al programa e incluso a la cadena. La Noria sigue adelante sin ningún patrocinador, algo que no había ocurrido nunca antes en la historia de la televisión privada, sin embargo ya corren rumores de una posible cancelación del programa por parte de Telecinco, al fin y al cabo resulta imposible mantener un programa que no produce beneficios. Su presentador y personaje principal, Jordi González, se ha visto obligado a abandonar su cuenta de Twitter por las innumerables y continuas críticas del resto de usuarios. Además de todos los problemas que el boicot twittero ha causado a la cadena, ahora Telecinco tendrá que hacer frente a la investigación de un tribunal que exige saber cuánto dinero recibió la madre de "el Cuco" por su intervención en el programa.
Francamente lo que pase con La Noria me es indiferente, no me parece un programa de mucho interés, más bien es una combinación extraña entre prensa rosa y periodismo de investigación que no me gusta en absoluto. Pero me interesa bastante que Telecinco pierda poder, me manifiesto totalmente en contra de esta y otras cadenas de televisión que, a mi modo de ver, no sirven más que para distraer a la población. Tele-basura en sus programas, prensa rosa en lo que ellos llaman "periodismo" y catastrofismo en sus telediarios. En combinación es un cóctel perfecto que siembra la angustia en las personas para después arroparlas en un cómodo manto de banalidades y distracciones, que aportan bien poco a la cultura televisiva. 
Si de mí dependiese borraría esta clase de televisión en nuestro país, pero como no depende de mí, lo mejor que puedo hacer es no marcar nunca el 5 de mi mando a distancia.




Fue en el siglo XIX, en el crepúsculo de la Revolución Industrial, cuando el gobierno inglés decretó por primera vez que el Estado debía hacerse cargo de la educación de sus ciudadanos. Hasta entonces la educación había ido de la mano de la Iglesia u otras instituciones religiosas, a lo sumo eran las familias quienes contrataban a un maestro particular para sus hijos, pero a partir de este momento la formación de la juventud se ha convertido en uno de los pilares de toda nación que se precie. La educación pública es, a mi modo de ver, el mayor beneficio que las personas podemos recibir al formar parte de un Estado, tan solo equiparable a la sanidad, sin embargo es también uno de los sistemas más anticuados del organismo nacional. El sistema educativo convencional se forjó en la era industrial, como una medida de los gobiernos para formar a sus futuros obreros y estimular su productividad, aunque más tarde se convertiría en uno de los derechos fundamentales del ser humano. Desde su nacimiento, el sistema educativo no ha sufrido apenas variaciones de importancia y hoy en día conserva en gran parte su esquema básico de memorización y obtención de resultados a corto plazo. Es innegable que los resultados académicos han sufrido una bajada espectacular en las últimas décadas, apenas se salvan diez países que han sabido adaptar sus respectivos sistemas, y la causa es más que evidente, ya no estamos en el siglo XIX, aunque cueste creerlo. Todo ha cambiado, y recalco mi énfasis en la palabra todo. No me refiero tan solo a las cadenas de montaje o la posibilidad de que un francés y un vietnamita intercambien fotos de sus respectivas vacaciones a miles de kilómetros de distancia. No, ha cambiado nuestra forma de procesar lo que vemos, lo que leemos y lo que escuchamos, ha cambiado nuestro cerebro. Pero desgraciadamente a los jóvenes de hoy, entre los que me incluyo,  nos siguen metiendo la información con pergaminos cuando nosotros lo que tenemos son puertos USB.

Cerebros a medida de Google, eso es lo que contienen las cabecitas de millones de niños, y no tan niños, en la gran mayoría del planeta. Y cuando digo Google, me refiero por igual a todo el gigantesco monstruo de Internet. Actualmente sabemos a ciencia cierta que nuestras mentes ya se han habituado a la nueva era tecnológica, nuestra capacidad perceptiva se ha adaptado a la ingente cantidad de información que recibimos desde la red. Para bien o para mal, ahora nos cuesta más atender y comprender un solo texto pero somos capaces de asimilar cientos de ideas totalmente dispares en poco tiempo. Esto ha supuesto un obstáculo insalvable para la educación convencional, a los niños les cuesta cada vez más aprender de memoria las extensas explicaciones de un libro de texto. Pero esto solo sucede porque desde el principio se posicionó al sistema educativo como enemigo acérrimo de las nuevas tecnologías. En las clases no se permite el uso de teléfonos móviles ni otros dispositivos electrónicos, desperdiciando así todo el espectro de posibilidades didácticas que un aparato de esa clase puede llegar a tener, si se usa correctamente. Además de esto, el uso de Internet en trabajos y proyectos de investigación ha sido aceptado a regañadientes por los profesores, que han tenido que idear estratagemas de toda clase para evitar el terrorífico “copiar y pegar”. Fue en las aulas donde se fraguó el mito de la Wikipedia, un portal donde cualquiera puede escribir lo que le venga en gana y ponerlo a disposición del gran público. Obviamente esto no es así, aunque sin duda es necesario un mayor control sobre la información que los alumnos recogen de Internet, las fuentes de este tipo acostumbran a ser más que cuestionables. En definitiva, se hace cada vez más necesaria la adaptación de las clases y los profesores a las nuevas tecnologías de la información, las cuales han demostrado ser unas excelentes potenciadoras de la creatividad y la iniciativa en las mentes jóvenes.


La autoridad de la libertad es lo que intentan potenciar los pedagogos en los padres primerizos, no es tan importante lo que le prohíbas a tu hijo como lo que  dejes a su propia decisión. Como defiende el ingeniero y economista Leopoldo Abadías en su reciente libro 36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien, la libertad es un factor importantísimo en la educación de un niño, si en su infancia fue libre también lo será en su madurez. El autor propone dar una mayor independencia a los hijos en cuestiones banales, forma de vestir, estética, aficiones… y emplear la autoridad paternal para marcar la diferencia entre lo que es correcto y lo que no, aun con ello hay que tener presente que con el tiempo será el hijo el que decida sobre sus valores éticos. La autoridad no emana del gobernante sino de los gobernados, máximo pilar de la democracia que se aplica ahora en el ámbito familiar. Es obvio que para ganarse la autoridad no sirven las medidas de fuerza y prohibición, o al menos no como debe entenderse la palabra, al contrario, resulta mucho más efectivo educar en lugar de prohibir y entender en lugar de simplemente vetar.

“Si conseguimos tener unos hijos, cuantos sean, que se sientan libres, que estén bien en casa y que tengan una buena formación. Ya está. Eso es todo.”Leopoldo Abadías

El mito de la inteligencia, así se conoce a la absoluta certeza que durante siglos hemos tenido sobre la medida del intelecto humano. El concepto de inteligencia es ambiguo y extremadamente amplio, ¿acaso un estudiante capaz de memorizar un tratado de entomología es más inteligente que una bailarina de ballet que nunca cursó ningún estudio superior? Howard Gardner asegura, convenciendo a toda la comunidad científica, que no es así. Este psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard ha dado un vuelco a nuestro concepto de inteligencia al hacer pública y demostrar su teoría de las Inteligencias Múltiples, la cual mantiene que nuestro cerebro es capaz de desarrollar ocho clases distintas de aptitudes o inteligencias. La lingüística, la lógico-matemática, la visual-espacial, la musical, la corporal, la intrapersonal, la interpersonal y la naturalista, estas son las ocho opciones básicas que Gardner plantea en su tesis, asegura además que no son excluyentes y que nos viene dadas por fortuna, es decir genéticamente, si bien pueden ser desarrolladas y mejoradas. Cada inteligencia nos provee de unas cualidades específicas para llevar a cabo unos u otros trabajos, lo que hoy en día se conoce como talento. En base a su teoría, el profesor Gardner mantiene que no se puede juzgar la inteligencia de una persona como lo hemos hecho hasta ahora y que lo que conocemos como intelecto resulta de la combinación de todas esas “subcategorías” intelectuales.

“En un sistema realmente justo, los alumnos con desventajas tendrían a los mejores profesores y las mejores escuelas.”Howard Gardner

El sistema educativo está mal planteado. Y en esto no tengo ni la más mínima duda, es algo muy cercano a mí y tras 13 años siendo educado por este sistema estoy convencido de que no han sabido gestionar mis aptitudes ni las de muchos de mis compañeros. Durante mi propio proceso académico he visto como las personas con talentos destacables se diluían poco a poco en una marea de alumnos planos y cuya única diferencia eran sus resultados, es decir, suspensos o aprobados. Tan solo un puñado de profesores intentaba tocar la fibra de sus alumnos y encontrar que es lo que les apasionaba realmente. Apenas tres o cuatro de los docentes a cuyas clases he asistido tenían la seguridad suficiente para dar las clases sin un pesado e insuficiente libro de texto. Y ninguno de los centros que conozco tiene un programa que realmente incentive a sus usuarios a desarrollar sus habilidades, a no ser que sean los propios padres quienes apunten a su hijo a algún deporte o a clases de flauta travesera. Esto sin mencionar la enorme afición de los padres con encontrar un trabajo extraescolar a sus hijos, a lo que no me opongo en absoluto, siempre y cuando se trate de una actividad con la que el niño o niña disfrute y para la que tenga verdaderas aptitudes.

No se trata solo de la organización de las clases, que busca aplanar a todos los alumnos en un intento de alcanzar ese utópico sueño de igualdad que los niños no comprenden. Además se buscan cánones y medidas con las que calificar al alumnado, lo cual es totalmente comprensible y necesario, pero esos cánones son inválidos, anticuados. La famosa prueba del Cociente Intelectual está muy bien, si lo que quieres es desmotivar a cientos de niños aparentemente listos a los que, ante la incomprensión de padres y profesores, los resultados de los testes les cuelgan una etiqueta con algún eufemismo de “tonto”. La inteligencia no puede ser medida en base a un simple test, es infinitamente más complejo que eso, realmente no sabemos medirla y estamos poniendo en peligro el talento de miles de jóvenes por nuestra ignorancia. Hace poco menos de un año escuché al psicólogo estadounidense Ken Robinson hablar sobre el anacronismo del sistema educativo, en la entrevista escuché una ingeniosa frase del pedagogo que se quedó grabada en mi memoria, reforzada muy probablemente por la desconfianza que ya entonces me generaban los test del CI.



“En realidad, un test de inteligencia solamente sirve para medir la capacidad de hacer test de inteligencia.”
Ken Robinson


Realmente tengo la fuerte convicción de que toda la civilización como la conocemos gira entorno a la educación. Existen cientos de teorías de cómo la economía mueve el mundo, la religión cambia nuestra mentalidad o la política toma las decisiones que varían el curso de la historia… pero yo creo que lo que realmente condiciona la sociedad, lo que realmente dibuja nuestro futuro, es la educación que reciben los niños. Al igual que durante la infancia se forja la personalidad de las personas, también creo que en las primeras etapas de una generación es cuando se forma su carácter, sus ideas y su determinación. Tengo absolutamente claro que la educación pública debe ser la máxima prioridad de cualquier gobierno, por encima de la economía, la sanidad o la propia sociedad. La educación es una inversión a largo plazo que asegura el futuro de una nación y la inteligencia de sus habitantes. Y es que todos los problemas que hoy se nos plantean, provienen de un quiste social sin solventar, que a su vez proviene de un atasco en la educación. Si sabemos enseñar a las futuras generaciones, no solo conocimientos, sino valores e ideales comunes entre todos nosotros, y si exprimimos su capacidad y su talento para que cada cual desarrolle sus habilidades de la mejor forma posible… creo que cambiaremos el mundo y creo que es la única forma posible de hacerlo de verdad.


Ha pasado ya tiempo desde que el presidente Zapatero habló sobre el actual candidato a la presidencia por parte del PSOE, y su sustituto, Alfredo Pérez Rubalcaba, alabando sus incontables virtudes y comparándolo, en un intencionado acto de camaradería, con un sprinter. Casi 6 meses después de que los asistentes al discurso rieran y aplaudieran la ingeniosa comparación del presidente, Rubalcaba sigue esprintando, a un ritmo frenético, por cierto. Y aunque desconfío de las aptitudes del candidato como presidente también tengo que reconocer que es un atleta consumado, poca gente sería capaz de aguantar meses de carrera continua y prácticamente nadie lo haría si se echase a la espalda la misma carga que soporta el socialista. Rubalcaba se ha visto en la terrible misión de levantar un partido totalmente desacreditado por una legislatura de crisis ininterrumpida, pero ese no es su mayor lastre. El PSOE ya no es lo que era, la estrategia del PP ha dado sus frutos y les han arrebatado a los socialistas la mayoría de su poder territorial. Y no podría haber elegido el empresario Jorge Dorribo mejor momento para confesar sus cuestionables conversaciones con el socialista José Blanco, destapando un posible caso de corrupción a gran escala pendiente de juicio. Todas estas piedras lleva el candidato socialista en la mochila cuando sale corriendo por la pista en un vano intento de alcanzar a su antagonista popular. Eso sin hacer mención de la abrumadora bestia a la que tiene que hacer frente antes de continuar con su carrera, un porcentaje del más del 20% de paro que haría temblar al más valiente. No me cabe ninguna duda, no lo va a conseguir.




Primer ministro griego, Yorgos Papandreu
La sorpresa precedió a la irritación ante la propuesta del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de plantear en referéndum la aceptación del plan anti-crisis de la Unión Europea. Parece que nadie esperaba que Grecia tuviese algo que decir sobre su propia economía, sin duda lo más lógico era pensar que los dirigentes griegos agacharían la cabeza y el pueblo aguantaría los recortes mientras los políticos europeos se hacen cargo de salvarles el pellejo. Obviamente esto no ha sido así, y nadie debería sorprenderse por ello, lo realmente sorprendente es el extraño comportamiento del primer ministro Papandreu. La misma persona que alababa y se derretía en agradecimientos hacia el plan de rescate diseñado por la cumbre europea, presentaba ayer su intención de convocar un referendo para que sean los ciudadanos griegos los que decidan si aceptan o no esta ayuda, ciudadanos a los que no había escuchado hasta ahora mientras llevaba a cabo durísimos recortes públicos. ¿Qué ha llevado al líder heleno a tomar esta decisión? Quizá quiera cubrirse las espaldas antes de llevar a cabo los recortes anti-crisis, si el pueblo apoya el plan nadie podrá acusar a Papandreu de actuar en contra de los intereses populares (claro que en cierto modo ya lo ha hecho). También es muy posible que esto no sea más que una forma desesperada de retrasar lo máximo posible la convocatoria de las elecciones anticipadas que la oposición griega lleva tiempo reclamando. El primer ministro también anunció simultáneamente que someterá la gestión de su gobierno al voto del Parlamento, teniendo en cuenta que son 300 los diputados y 153 los fieles a la política de Papandreu, no le será difícil conseguir los 151 votos a favor que necesita para legitimizar su gobierno. Visto en conjunto parece que todo este revuelto no es más que una consecuencia inevitable del plan de Yorgos Papandreu para reforzar los apoyos de su gobierno en un momento en el que la crisis extrema las tensiones entre el pueblo, sus gobernantes y sus oponentes políticos. Pero claro, tan solo son conjeturas.



Atenas roza la bancarrota. Desde hace ya meses la cuna de la democracia se balancea en una decadente situación económica, arrastrando inevitablemente a sus países vecinos. Esta madrugada el Consejero de Europa, Herman van Rompuy, ha hecho público el acuerdo que la cumbre de la zona euro pactó ayer. Todos los líderes decidieron aumentar en un 50% la quita de la deuda griega, o lo que es lo mismo, reducir a la mitad la deuda que los potencias  europeas le exigen al pequeño país mediterráneo. Tomaron además la decisión de ampliar el Fondo de Rescate en 1 billón de euros, de forma permanente. Todas estas medidas están ralentizando la recuperación, si es que tal recuperación existe, del resto de países pertenecientes a la UE y no han tardado en aparecer las primeras quejas. Grecia entró en la Unión en inciertas condiciones, por decirlo así su economía fue aceptada porque la maquillaron más de la cuenta, y ahora su riqueza de “mentirijilla” les está pasando factura, igual que en España, pero a lo bestia. No faltan personas que se indignan y se preguntan por qué ayudamos a nuestros vecinos griegos, al fin y al cabo, estamos poniendo en riesgo nuestra frágil economía (más) por salvar de la quiebra a unos impostores. Pero nos guste o no ahora nuestro deber es arrimar el hombro y ayudar a los que un día nos juramos en alianza. Indiferentemente de cómo entrase Grecia en la Unión Europea, nosotros nos comprometimos a ser sus hermanos y si queremos que la Unión prospere y se vuelva fuerte (y os aseguro que queremos) necesitamos apoyarnos los unos en los otros. Tras la Primera Guerra Mundial se creó la Sociedad de Naciones, una unión de las grandes potencias del momento que tenía por fin evitar otro conflicto a escala mundial y acercar a los distintos países los unos a los otros. Un sueño casi utópico en aquel momento que funcionó a la perfección hasta que se vino abajo su pilar más importante, la economía. No hubo apenas problemas en la Sociedad hasta que la crisis del 29 estalló, en ese momento todos los países miembros se lanzaron al proteccionismo feroz y comenzaron a desconfiar los unos de los otros. El resultado, tantos años más tarde, fue que la Sociedad de Naciones fue incapaz de contener el alzamiento de los fascismos y la consecuente Guerra Mundial. No obstante, se supone que ahora hemos aprendido de nuestros errores y la Unión Europea es fuerte, pero necesitamos estar más unidos, si no poco sentido tiene considerarnos una unión. Si conseguimos superar esta crisis económica, mucho mayor que la del 29, juntos y sin echarnos demasiado encara los errores de unos y de otros, habremos pasado nuestra prueba de fuego como Unión Europea.

Fotografía de Reuters  




Saif al Islam Gadhafi

Saif al Islam, o la Espada del Islam en español, es el único hijo del ex-dictador Moammar Gadhafi que continua con vida tras la guerra y , por lo tanto, el heredero legítimo a un trono que ya no existe. Tras la muerte de su padre, Saif se esconde en algún país fronterizo de Libia, a la espera de una respuesta de la OTAN a su voluntad de entregarse en La Haya. A el y a su supuesto acompañante, el ex-jefe de los servicios secretos Abdelá Senussi, se les imputan varios crímenes de guerra y pesa sobre ellos una orden de arresto internacional. Pero, ¿por qué intenta el antiguo heredero vender su libertad y pasar lo que le resta de vida entre rejas? Probablemente Saif se planteo sus dos posibles opciones: huir y ser inevitablemente capturado, bien por el TPI o por los rebeldes, o entregarse voluntariamente. Y también muy probablemente un factor en concreto influyó en su decisión. Su padre fue capturado con vida tras un bombardeo en la ciudad de Sirte, pocas horas después estaba muerto con varios disparos en la cabeza. El Consejo de Transición libio asegura que no dio orden alguna de matar al ex-dictador, pero era tristemente evidente que para los rebeldes no sería suficiente venganza que aquel pobre infeliz pasase el resto de su vida encarcelado. Ser el bando "bueno" no les exculpa de nada, pero esto es la guerra, no existen vencedores ni vencidos, solo vivos y muertos. Si los rebeldes acabaron con la vida de Gadhafi y con la de tantos otros miembros de su familia, es muy posible que Saif corra la misma suerte. De modo que para el delfín de Gadhafi, la mejor opción es asegurarse al menos la protección por su vida que el TPI le brindará si se entrega.






31 de Julio de 1959, Bilbao, un grupo de jóvenes estudiantes, exmiembros del EKIN (asociación que denunciaba la pasividad del PNV), forma el grupo Euskadi Ta Askatasuna, que no tardará en hacerse conocer por sus siglas en euskera, ETA. Bajo este nombre aparentemente liberal, País Vasco y Libertad, el grupo de jóvenes mantenía una ideología fuertemente nacionalista y antidemocrática. Defendía el etnicismo, el euskara, un férreo antiespañolismo y la independencia de Euskal Herria, territorios españoles y franceses que según las ideas nacionalistas fueron arrebatados al pueblo vasco. En sus primeros años ETA no es más que otra banda de antifascistas con ideas de nacionalismo que se dedicaba a hacer pintadas, actos vandálicos y en algún caso a detonar pequeños artefactos con el fin de hacerse notar. No sería hasta 1962, en su primera asamblea, cuando se sentarían las bases de la organización. Es entonces cuando se establecen los valores reales y la política de la banda. ETA apenas se relacionó con otros grupos de su misma orientación, sobrevivió durante estos primeros años por sus férreos ideales y se destacaron por no tener reparos en utilizar la lucha armada como medio principal para lograr sus objetivos independentistas.

A golpe de sangre el grupo nacionalista vasco consiguió encabezar las listas de terroristas durante el franquismo. En un principio, su primera víctima fue el guardia civil José Pardines Arcay, abatido a tiros por el etarra Txabi Etxebarrieta. Dos meses más tarde la banda acaba con la vida del policía Melitón Manzanas. Aunque algunas fuentes aseguran que ninguna de estas personas fue la primera víctima de ETA, por el contrario fue la sangre de una niña de tan solo 18 meses, María Urroz, la que manchó por primera vez las manos y las intenciones de los etarras. A partir de entonces ETA ha cometido múltiples actos criminales, desde secuestros y extorsiones hasta atentados masivos. Ésta es una pequeña recopilación de los crímenes más significativos de los terroristas etarras:




Carrero Blanco. Una bomba hace saltar por los aires el coche del presidente del gobierno, acabando con su vida y la de las dos personas que viajaban con él.
Centro Comercial. 21 personas mueren como consecuencia de la detonación de un explosivo en el parking de unos almacenes Hipercor
Casa Cuartel de Zaragoza. Un coche bomba estalla frente al cuartel de la capital aragonesa. Mueren 12 personas.
Casa Cuartel de Vic. Un coche teledirigido entra en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad barcelonesa de Vic, detona el explosivo que llevaba solapado y causa la muerte de 9 personas.
Coche bomba contra el presidente Aznar. La bomba es detonada al pasar el coche oficial del presidente, éste resulta ileso pero la explosión acaba con la vida de una anciana y causa heridas graves en tantas otras personas.
Asesinato de Miguel Ángel Blanco. El cadáver del concejal popular aparece cerca de Lasarte, Vizcaya. Había sido secuestrado dos días antes y durante este tiempo todo el país había levantado la voz pidiendo su puesta en libertad.
Barajas, fin de la tregua. En la terminal 4 de Barajas, Madrid, explota una bomba que mata a dos viajeros ecuatorianos, con este atentado ETA rompe la tregua indefinida que había pactado con el gobierno.
Asesinato de Eduardo Puelles. El inspector antiterrorista muere por el fuego, consecuencia de la detonación de un explosivo acoplado al depósito de gasolina de su coche.  
Ofensiva en Mallorca. El último coche bomba de la banda terrorista, acaba con la vida de dos guardias civiles.

La lista podría extenderse mucho más, tan solo he rescatado alguno de los episodios más sangrientos o significativos, sin embargo los crímenes etarras son, por desgracia, muy numerosos. En este espacio se hace una recopilación de todos los atentados de la banda terrorista http://www.interbook.net/personal/angelberto/listatentados.htm

El impuesto revolucionario es el nombre con el que se conoce a la forma más conocida por el que la banda financiaba sus operaciones. Mediante la extorsión y el chantaje los etarras conseguían que muchos empresarios les rindiesen un tributo periódico. Eran pocos los que denunciaban estos fraudulentos negocios a los que se veían sometidos, el resto de empresarios, ya sea por miedo o por presión, sucumbían al chantaje y acababan pagando. Llegaron incluso a exigir unos intereses por demora en caso de que se retrase el pago del impuesto.  El secuestro también fue un método al que los terroristas recurrieron en varias ocasiones para inyectar grandes sumas de dinero a las arcas de la organización. La investigación antiterrorista concluyó en que a ETA no le era necesario recurrir a estas prácticas para mantenerse, sin embargo los secuestros actuaban también como medida de presión y chantaje. Fueron 77 las personas secuestradas por la banda etarra. Entre ellas el cónsul alemán Eugenio Behil, el funcionario José Antonio Ortega Lara y el concejal Miguel Ángel Blanco.


De tregua en tregua y tiro porque me toca. La historia del terrorismo en España ha estado marcada por múltiples treguas, espacios de tiempo que la banda ha utilizado para reorganizarse y curarse las heridas, para más tarde volver a decir “quedan abiertos todos los frentes” y que los coches bomba volviesen a circular por las calles españolas. Las treguas que ha vivido la lucha antiterrorista se resumen en esta lista:

1981 - Tregua tras el 23-F
1989 - Tregua de las conversaciones de Argel
1992 - Tregua por el arresto de la cúpula etarra
1996 - Tregua de una semana, inicia las negociaciones.
1998 - Tregua en “el frente de las cárceles”
1999 - Tregua tras el pacto de Lizarra
2004 - Tregua catalana
2007 - Alto el fuego “permanente”, ETA rompe su palabra y lo termina en junio de ese mismo año.
2010 - Alto el fuego
2011 - Cese de la actividad armada permanente.



Luchar contra el terror, ésta ha sido la principal misión de las autoridades españolas desde el asesinato de Carrero Blanco. La lucha antiterrorista se dividió en dos ramas, la lucha legal y la conocida como guerra sucia, protagonizada por los GAL o Grupo Antiterrorista de Liberación, mercenarios al servicio de la lucha contra ETA y amparados por el Ministerio del Interior. Tampoco en un principio se realizó una colaboración estrecha entre la policía francesa y la española, el gobierno francés no confiaba en un país recién salido de una dictadura y con un cuerpo policial “inexperto”. Sin embargo, con el paso del tiempo la colaboración entre ambas naciones ha dado grandes resultados en lo que se refiere a la lucha antiterrorista. También con el tiempo la guerra sucia terminó y las acciones dentro de la legalidad se presentaron más efectivas que su alternativa, sobre todo de cara a la opinión pública. Las negociaciones con ETA, los golpes a su sistema de financiación, el espionaje de la organización dan grandes frutos, debilitando la banda terrorista. Algunos de esos resultados fueron la detención de la cúpula terrorista, el desmantelamiento del impuesto revolucionario o las negociaciones que llevaron a una tregua de 16 meses.


¡Basta ya! Bajo este lema se inició una iniciativa ciudadana, a finales de 1999, que tenía por objetivo recordar a los terroristas la total oposición del pueblo hacia sus acciones. Este movimiento trató de recuperar la calle y recordar sus obligaciones primordiales a las instituciones públicas. Pero también hubo muchos otros grupos de personas que se comprometieron, y se comprometen, para enfrentarse pacíficamente a la violencia, sea terrorista o no. Asociaciones como AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) o Elkarri, movimiento que intenta resolver la situación de Euskadi mediante el dialogo y el acuerdo mutuo, sirvieron para expresar la opinión de la gente en el problema terrorista. Todas estas organizaciones funcionaron también como un órgano más de la lucha antiterrorista, antes de la Transición ETA tenía apoyos populares que le daban cierto poder, sin embargo cuando el franquismo fue desmantelado y la banda continuó con sus acciones terroristas a pesar de la democracia imperante, perdió prácticamente todos esos apoyos.


Se rinden (?) el pasado día 20 de este mismo mes, ETA  hacía público un comunicado por el que expresaba claramente su voluntad inmediata de abandonar la lucha armada. (http://www.rtve.es/contenidos/110108_comunicado.pdf). Como era de esperar no hay en el documento ningún indicio de arrepentimiento, tampoco dice nada sobre la disolución de la banda ni, como es obvio, el abandono de sus objetivos nacionalistas. Según los representantes etarras, es el momento de afrontar la realidad vasca y volver a luchar por la independencia, esta vez por el frente democrático, e instan a las autoridades españolas y francesas a abandonar sus ataques contra “Euskal Herria”, es decir, contra ellos. El gobierno ya ha emitido su respuesta al comunicado, no habrá variación alguna en la política antiterrorista, el único comunicado que cambiaría verdaderamente el panorama de la lucha antiterrorista sería aquel en el que se la banda anunciase su total disolución.



Sin duda, cualquiera querría que ETA pidiese perdón por sus actos pasados, se arrepintiese y se entregase a la justicia en su totalidad, incluso habría muchos que no tendrían suficiente con eso. Pero afrontando la realidad, ETA es un grupo de gente con ideales nacionalistas fuertes y en ningún momento deberíamos haber tenido la esperanza de que se disculpasen por su forma de pensar. Sin embargo, personalmente hubiese preferido una disculpa, antes incluso que el abandono de la actividad armada, una rectificación en su pensamiento. La independencia de Euskadi es posible, al igual que la de Cataluña, la de Galicia o la de un pueblecito extremeño alejado de la mano de dios. Cualquiera de esos objetivos es posible si así lo quiere la población que habita esas tierras. ETA era una organización anacrónica, que tenía su sentido en los años del franquismo, cuando hubiese sido impensable que se alcanzasen objetivos políticos mediante el sufragio, pero ahora, al menos en teoría, la voluntad del pueblo tiene más fuerza que la de los gobernantes. Y aunque esto, como muchos temen, no sea exactamente cierto, la violencia no es ni ha sido nunca el medio por el que conseguir ningún objetivo. Si el pueblo vasco ya no quiere formar parte de España no está en la mano de nadie negarle tal derecho, pero no es así, tan solo una proporción menor de la población está de acuerdo con esas ideas y mientras siga siendo así nadie puede imponer la independencia  a la fuerza. De cualquier modo, Voltaire decía que el nacionalismo es la arrogante y estúpida idea de que un lugar es mejor que otro por el mero hecho de que tú naciste ahí, y yo coincido totalmente con estas palabras, ver antes el gentilicio de una persona que su propia condición de persona es un error sin sentido que ha causado innumerables enfrentamientos a lo largo de la historia.



Fotografía de Público.es

Hace unas horas ha sido confirmada por las autoridades la muerte del ex-líder libio Moammar Gadhafi, en la ciudad de Sirte, último reducto armado de las fuerzas del fallecido coronel. "Gadafi fue arrestado. Está gravemente herido, pero todavía respira" declaraba el comandante Mohammed Leith de la AFP. Las primeras imágenes llegaron en formato de video, grabado con el celular de uno de los soldados, en él Gadhafi aparecía cubierto de sangre y con grandes dificultades para mantenerse en pie. Horas después se confirma su muerte y el país estallaba en vítores, macabra escena si tenemos en cuenta que lo que se celebra es la muerte de una persona, sea quien sea dicha persona.



La desaparición del dictador pone fin a un tortuoso y sangriento capítulo de la historia de Libia. Ocho meses ha durado esta revolución, dejando una estela de destrucción a su paso que tardará tiempo en desaparecer. En estos momentos la máxima prioridad del Consejo de Transición libio es confirmación de la paz, y conseguir la certeza de que el hijo de Moammar, Saif, heredero “legítimo” al poder, no cometa ninguna estupidez y se entregue a la justicia. El periodo que se abre a continuación es incierto para el pueblo libio, aunque como ya he dicho, confío en que tomarán la decisión correcta y se unirán a esta honorable comunidad de países libres de la que muchos formamos parte. Quién sabe, quizá los libios acaben dándonos una gran lección de democracia.



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