Responsable del Govern Balear entre los años 1996-1999 y 2003-2007, ministro de Medio Ambiente desde el 2000 hasta 2003, político megalómano por excelencia, conocido por ser uno de los presidentes autonómicos más propicios al derroche indiscriminado y, hoy, imputado por un caso de corrupción que ha servido como noticia recurrente de todos los telediarios de España. Jaume Matas es un hombre de mirada cansada, arrugas en la frente y cejas alicaídas, que parece más acostumbrado a mirarse los pies que lo que tiene delante. Y no sé si lo finge por consejo de su abogado, pero tiene una actitud roedora que dan ganas de darle una galleta o meterle en una rueda para que se entretenga.

Por mucha pena que nos dé  este personaje y aunque se nos encoja el corazón cuando lo veamos echando una mirada asustadiza y endeble a la cámara, a pesar de ello, debemos recordar que Jaume Matas está imputado en uno de los casos de corrupción que más ha salpicado en la historia de la democracia. La sentencia que acaba de ser anunciada le condena a pasar 6 años y un día a la sombra, se ve que el juez no es amigo de los redondeos. Y no solo eso, Matas tiene que asistir a una quincena de piezas más, que constituyen cada una un delito distinto por los que tendrá que rendir cuentas.

La sentencia del Tribunal todavía no es firme y la defensa de Matas pretende interponer un recurso de casación, me pregunto si no se cansará el pobre abogado (Antonio Alberca) de recurrir cada una de las sentencias que dicte el tribunal, son unas cuantas. De cualquier modo, el letrado tiene la firme intención de recurrir la primera sentencia de su cliente y también pretende evitar su estancia en prisión lo máximo posible hasta que la sentencia se imponga. Para conseguir esto alega, simplemente, que Matas no representa el más mínimo peligro de fuga por lo que es suficiente mantenerlo confinado en su domicilio sin necesidad de enviarlo a prisión. Aunque es probable que se le conceda esta indulgencia no creo, en absoluto, que el recurso vaya a conseguir nada, la sentencia seguirá su curso, y aun en el caso de que no fuese así a Jaume Matas le quedan numerosos juicios a los que asistir y, por desgracia para él, no cuenta con muchas bazas en ninguno.

Este caso ha levantado muchas ampollas y polémicas ya que se ha tragado a personajes tan conocidos como Iñaki Urdangarín o el propio Jaume Matas. Es un caso peliagudo de tratar, tanto por la parte de la defensa como la acusación. Muchas personas creen, sin embargo, que el expresidente no llegará a cumplir la condena íntegra, y tiene razones para creerlo. Se han dado muchas ocasiones en las que el imputado ha salido airoso del caso de corrupción en el que se encontraba inmerso, lo más gracioso del chiste es que en todos estos casos el acusado era un político de cierto renombre y, como buen político, con buenas relaciones. No obstante, resulta difícil de creer que Matas pueda librarse de cumplir la condena después de haber revolucionado los televisores de todos los hogares españoles y haber sido la última moda de todos las portadas de periódicos. Si el PP intercediese en la condena, ni que decir de un indulto, una masa de ciudadanos enfurecidos se les echaría a la yugular. No creo que el pobre señor Matas consiga salir de la trampa para ratones en la que el mismo se metió por un poquito más de queso.

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