Fotografía de Público.es |
Hace unas horas ha sido confirmada
por las autoridades la muerte del ex-líder libio Moammar Gadhafi, en la ciudad
de Sirte, último reducto armado de las fuerzas del fallecido coronel.
"Gadafi fue arrestado. Está gravemente herido, pero todavía respira"
declaraba el comandante Mohammed Leith de la AFP. Las primeras imágenes
llegaron en formato de video, grabado con el celular de uno de los soldados, en
él Gadhafi aparecía cubierto de sangre y con grandes dificultades para
mantenerse en pie. Horas después se confirma su muerte y el país estallaba en
vítores, macabra escena si tenemos en cuenta que lo que se celebra es la muerte
de una persona, sea quien sea dicha persona.
La desaparición del dictador pone
fin a un tortuoso y sangriento capítulo de la historia de Libia. Ocho meses ha
durado esta revolución, dejando una estela de destrucción a su paso que tardará
tiempo en desaparecer. En estos momentos la máxima prioridad del Consejo de
Transición libio es confirmación de la paz, y conseguir la certeza de que el
hijo de Moammar, Saif, heredero “legítimo” al poder, no cometa ninguna
estupidez y se entregue a la justicia. El periodo que se abre a continuación es
incierto para el pueblo libio, aunque como ya he dicho, confío en que tomarán
la decisión correcta y se unirán a esta honorable
comunidad de países libres de la que muchos formamos parte. Quién sabe, quizá
los libios acaben dándonos una gran lección de democracia.
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