No quiero pecar de pesimista,
pero creo yo que con que en este año no se extinga la raza humana, ya nos
podemos dar con un canto en los dientes. El 2011 nos deja numeritos rojos hasta en el papel higiénico, es difícil repasar
los titulares de este año sin coger una depresión de caballo. El paro por las
nubes, la política prácticamente estancada por el cambio de gobierno, los
movimientos indignados han resultado
más bien infructuosos (aunque a algunos les duela), la presión de los mercados
sigue igual y la crisis se acentúa como viene siendo costumbre. Por fortuna el
peso de nuestro dedo acusador puede recaer sobre un culpable, o más bien
muchos, en los que descargar la mala hostia compartida. Si hay alguien a quien
echar la culpa ese es nuestro simpático expresidente José Luis Rodríguez
Zapatero, un tipo que aun con todo me sigue cayendo bien, que le voy a hacer,
no tiene cara de malo. Pero no quiero echar más sal en la herida, no quiero
hablar de cómo un gobierno entero que supuestamente estaba formado por los
socialistas más aptos de entre las filas del PSOE fue capaz de tomar tal
cantidad de decisiones erróneas en tan brevísimo espacio de tiempo. Y no sigo
porque yo también me enervo, y porque al fin y al cabo tampoco hubiese sabido
hacerlo mejor.
Por si esto nos pareciese poca
cosa también los gobiernos autonómicos han metido la pata hasta el fondo. El
derroche en las capitales autónomas ha alcanzado unas cifras que nos hubiesen
sonado exageradas incluso en los tiempos de bonanza económica que nos procuró el
bueno de Aznar, con su famosa ley del suelo.
Tenemos aeropuertos suficientes para resguardar a todo el grueso de las
fuerzas aéreas norteamericanas, en un país de apenas 47 millones de habitantes.
También gozamos en nuestros ecosistemas urbanos de modernos y endebles “centros
culturales”, que sabe Dios para qué sirven.
También podemos hablar de
corrupción, pero nos daría para otra entrada. Además creo que ya es suficiente
pesimismo por hoy. Para ser sincero en 2011 han ocurrido muchas cosas buenas,
memorables incluso, pero ya hablaré de eso mañana, o cuando este en disposición
de mostrar algo de optimismo.
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